En el ámbito de la Medicina Familiar y Comunitaria y de Urgencias, la ecografía clínica —también denominada ecografía a pie de cama (EPICA)— ha adquirido un papel creciente como herramienta diagnóstica de alta precisión, por tratarse de una prueba accesible al médico asistencial, rápida de realizar e inocua para el paciente.
Su bajo coste y reproducibilidad la hacen idónea para su incorporación en la práctica clínica diaria. No obstante, se trata de una técnica operador-dependiente que requiere formación específica y curva de aprendizaje significativa.
La ecografía clínica debe entenderse como complemento a la anamnesis y exploración física, orientada a responder preguntas clínicas mediante una exploración dirigida. A diferencia de la ecografía convencional por radiólogo, no es un estudio diagnóstico protocolizado, sino un complemento clínico.
En la sesión, se abordan patologías prevalentes como enfermedades pulmonares, colelitiasis, hidronefrosis, patología tiroidea y retención aguda de orina, entre otras. Asimismo, el protocolo ECO-FAST, útil para la valoración rápida de patologías críticas potencialmente letales. Se concluye subrayando la importancia de la formación en ecografía clínica como herramienta de apoyo diagnóstico en la práctica asistencial.
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