viernes, 14 de noviembre de 2025

Sesión del 18 de noviembre del 2025. Insuficiencia cardiaca descompensada: fisiopatología y abordaje clínico.

La insuficiencia cardíaca (IC) es una enfermedad crónica que afecta al 1% de la población adulta y constituye una de las principales causas de mortalidad y hospitalización, sobre todo en mayores de 70 años. Se origina cuando el corazón no puede bombear suficiente sangre, provocando congestión y mala perfusión tisular. Sus causas más comunes son la hipertensión arterial, la cardiopatía isquémica y las miocardiopatías. El diagnóstico se basa en la historia clínica, exploración física, ECG y biomarcadores (NT-proBNP y Ca125), además de la ecocardiografía, que determina la fracción de eyección (FEVI). La formas con la que clasificamos la IC más frecuentemente es por la FEVI que puede estar reducida, levemente reducida o preservada, y su evolución depende de los mecanismos de compensación cardíacos y neurohormonales. El seguimiento debe ser estrecho y multidisciplinar, controlando comorbilidades y déficits como el de hierro. Cuando la IC se descompensa, aparecen signos de congestión (disnea, ortopnea, edema) que requieren tratamiento con diuréticos de asa, tiazidas o acetazolamida, según la gravedad y respuesta. Es importante en nuestro nivel asistencial enseñar a los pacientes a conocer estos síntomas y a controlar su tratamiento según vayan apareciendo. En casos graves, se precisa tratamiento hospitalario intensivo guiado por la diuresis y biomarcadores. La resistencia a diuréticos, frecuente en fases avanzadas, se maneja combinando fármacos que bloqueen distintos segmentos de la nefrona y corrigiendo factores causales. El manejo integral de la IC exige diagnóstico precoz, optimización farmacológica y educación del paciente para mejorar su pronóstico y calidad de vida.

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