La polimedicación implica no solo el uso de múltiples medicamentos, sino también la utilización de fármacos que pueden ser inapropiados o innecesarios. Un ciclo de prescripciones, donde un medicamento provoca un efecto secundario que se trata con otro fármaco sin identificar la causa original, puede resultar en cascadas terapéuticas. Además, las interacciones entre medicamentos en ancianos pueden llevar a efectos adversos y hospitalizaciones, por lo que es vital considerarlas antes de añadir más fármacos a un régimen ya establecido. La deprescripción, que ajusta la medicación del paciente a sus necesidades específicas, puede ser guiada por criterios explícitos o implícitos.
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