La fluidoterapia es una parte esencial tanto en el ámbito hospitalario como extrahospitalario.
Disponemos de distintos tipos de soluciones, cada una de ellas con sus características, y con
sus indicaciones y contraindicaciones, por lo que debemos conocerlas para realizar un uso
correcto de las mismas. Antes de iniciarlas, debemos tener claro cuál es nuestro objetivo con el
paciente, y saber aquellas enfermedades que puedan modificar nuestra prescripción. También
debemos mantener monitorizados a los pacientes para corroborar que la administración está
siendo correcta, pues en caso de ser insuficiente o excesiva aumenta el riesgo de muerte.
Las soluciones más utilizadas son los cristaloides, y dentro de este grupo, las soluciones
isotónicas, siendo la solución salina fisiológica al 0.9 % la numero uno. Todas ellas se irán
desarrollando durante el trabajo.
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