Conocer alternativas a unos medicamentos que presentan un gran potencial adictivo y efectos nocivos si se utilizan de forma incorrecta. Históricamente, han aparecido como alternativas para patologías prevalentes como la ansiedad o el insomnio, para ser tratadas en la consulta de forma rápida y “barata”. Sin embargo, sus efectos secundarios y su escasa efectividad en tratamientos prolongados nos generan una duda sobre su uso. Con esta exposición queremos reflejar cómo, el uso de estos fármacos no tendría que ser planteado siempre de primera línea; ya que la utilidad terapéutica de estas sustancias está demostrada, dentro de un rango y por un tiempo limitado, que no siempre se corresponde al empleado en la práctica clínica.
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