La inteligencia artificial (IA) está transformando la medicina al apoyar el trabajo del profesional sanitario sin sustituirlo. Permite analizar grandes volúmenes de datos clínicos, detectar enfermedades de forma precoz y personalizar tratamientos. En Atención Primaria y Urgencias, facilita el triaje, el diagnóstico y la priorización de pacientes, mejorando la eficiencia del sistema sanitario. Sus aplicaciones abarcan desde el diagnóstico por imagen hasta la investigación biomédica y la formación médica. Sin embargo, su uso plantea desafíos éticos, legales y de privacidad que requieren regulación y supervisión. España avanza en este sentido con la Estrategia Nacional de IA y la Agencia Española de Supervisión. Además, la calidad de los resultados depende de cómo se formulen las instrucciones a la IA (prompt engineering), lo que exige nuevas competencias digitales en los médicos. En definitiva, la IA representa una oportunidad para una medicina más precisa, equitativa y centrada en el paciente.
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