lunes, 16 de junio de 2025

Sesión del 17 de Junio de 2025- Manejo en consulta del Paciente con sospecha de Daño Hepático

La cirrosis hepática es una enfermedad crónica irreversible con múltiples causas: alcohólica, viral, biliar, metabólica y criptogénica. Se clasifica en compensada (asintomática) y descompensada (con síntomas graves como ictericia, ascitis o encefalopatía). El diagnóstico se basa en clínica, análisis de sangre, índices no invasivos (FIB-4, APRI), imagen y, en casos selectos, biopsia. El tratamiento incluye abstinencia de alcohol, nutrición adecuada y manejo de complicaciones; en casos graves se valora el trasplante. En atención primaria, es clave identificar factores de riesgo y hacer seguimiento analítico e imagenológico. La ecografía es útil, y la estratificación con FIB-4 orienta la derivación a hepatología. Se debe evitar el uso de fármacos como AINEs, opioides y benzodiacepinas por riesgo de complicaciones. En enfermedad hepática alcohólica, la abstinencia mejora el pronóstico. La vigilancia de hepatocarcinoma se realiza cada 6 meses con ecografía y AFP.

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