Las enfermedades infecciosas son una causa frecuente de consulta, tanto en Atención Primaria como en el hospital, y responsables de una elevada morbimortalidad y utilización de recursos socio-sanitarios, incluyendo un elevado consumo de antibióticos, no siempre claramente justificados, y una elevada proporción de ingresos hospitalarios. Por tanto, es necesaria una correcta utilización de los antimicrobianos, con el fin de evitar la aparición de resistencias, y para asegurar la buena evolución clínica del paciente.
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