La inestabilidad en el paciente mayor es un síndrome geriátrico frecuente, con gran impacto en la calidad de vida por su asociación a caídas, pérdida de autonomía y aumento de la morbimortalidad. Su origen suele ser multifactorial e involucra la alteración progresiva de los sistemas visual, vestibular, propioceptivo y musculoesquelético, junto con cambios centrales que afectan la integración sensorial y la coordinación motora. El envejecimiento condiciona disminución de la agudeza visual, déficit de la sensibilidad propioceptiva, sarcopenia y rigidez articular, todo lo cual favorece la inestabilidad postural.
En este contexto, el vértigo es una causa relevante que requiere una exploración clínica cuidadosa. El síndrome vestibular agudo periférico se caracteriza por Head Impulse Test positivo, nistagmo unidireccional y Test of Skew normal, mientras que el síndrome vestibular agudo central muestra hallazgos opuestos, como nistagmo bidireccional o vertical y Test of Skew anormal. La batería HINTS resulta clave para diferenciar entre causas benignas y patologías centrales potencialmente graves, como el ictus. Una valoración integral, que combine la exploración clínica, pruebas funcionales y la revisión de factores modificables, es esencial para reducir el riesgo de caídas y mejorar la seguridad en el anciano.
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